¿Qué significa ser guapa?

¿Alguna vez te has preguntado por qué las mujeres nos exigimos tanto con la imagen que mostramos?

 

Una vez leí, que antiguamente las mujeres competían entre ellas para ser las más guapa y que así los hombres las eligieran, pues era su única misión.

Debían lucir bonitas, no replicar y agradar en todo momento al hombre, pues casarse era la única forma de servir a la sociedad.

Pero, la realidad es que aquellas mujeres no tenían otra forma de ganarse la vida. No podían estudiar o trabajar. No tenían forma de subsistir en el mundo sin un hombre a su lado.

Afortunadamente, gracias a otras muchas mujeres, esto ha cambiado para nosotras. Por lo que ¿por qué seguimos compitiendo entre nosotras? ¿por qué nos machacamos tanto con nuestro cuerpo? ¿por qué seguimos queriendo ser las elegidas?

Nosotras ya podemos ser libres e independientes. Nosotras ya no tenemos la obligación ni sentimos la presión de estar al lado de un hombre para que nos mantenga y nos dé su aprobación.

Desde pequeñas, mi madre quiso que mi hermana y yo estudiásemos para así optar al trabajo que deseáramos y que no nos viéramos en la necesidad de que un hombre nos mantuviese.

Yo me crie en un pueblo y, supongo, que allí las cosas no avanzan tan rápido como en la ciudad. Recuerdo que, como únicas opciones, tenías casarte con un chico, tener descendencia y encargarte de la casa o estudiar, ir a la universidad y poder escoger si estar al lado de un chico o no.

Yo escogí la segunda opción, quería tener mi dinero y no depender del que me quisieran dar. Pero también quería ser la elegida y que un chico quisiera estar conmigo. Aunque, aquí el motivo del post, yo no era guapa, miraba a mis amigas y todas eran mejor que yo.

Y vuelvo a repetir el título de este post: ¿qué significa realmente ser guapa? En aquellos años, para mí ser guapa era tener un cuerpo perfecto. Yo me rechazaba porque mi cuerpo no me gustaba, sentía que había algo malo en mí por no tener ese cuerpo de revista y creía que ese siempre sería motivo de rechazo.

¿Sabéis que fue lo que conseguí? Cuando empecé a tontear con los chicos, el primero me dijo algo así:

  • “Esta chaqueta vale más que tú”
  • “Si me dijeran que pagase 5€ por estar con tu hermana daba 500€”
  • “Si me dijeran que me pagan 200€ para que te fueras con otro, sería yo el que los pagase”

¿Y qué creéis que hice? Enfadarme sí, pero no con él, con mi cuerpo.

Mi hermana siempre ha sido bastante delgada y, nunca la he envidiado o tenido un conflicto por eso, ella no era la responsable de haber nacido con ese cuerpazo, la que había tenido mala suerte había sido yo.

Menos mal que, aún tenía un poco de dignidad, y dejé de ver a ese chico. Pero me seguí culpando y juzgando, hasta el punto de ir al baño después de comer para vomitar lo que había comido.

Esta etapa no duró mucho, pues llegó otro chico, al que idealicé creyendo que se había convertido en mi “salvador”, ya que me aceptaba y me quería a pesar de no tener un cuerpo perfecto. Pero esta relación tampoco fue buena y mi autoestima cayó empicada.

Pensar en que no era guapa, que nunca sería la elegida y que siempre me rechazarían, me hizo crear una coraza: aparentaba ser una femme fatale que utilizaba a los hombres. Fachada, solo quería que se fijaran en mí y lo único que conseguía con esa actitud era atraer a chicos que no se querían comprometer, buscaba enamorar al que nunca se enamora. ¿Qué le pasó a mi autoestima? Cayó aún más si se podía.

No imagináis cómo odiaba la imagen que el espejo me daba. Me juzgaba, maltrataba y rechazaba por no ser guapa.

Muchos años después decidí que quería ser feliz, que ya no aguantaba seguir sufriendo. Quería aprender a ser feliz sin la necesidad de estar con una pareja.

Trabajé con herramientas de crecimiento personal y ahí entendí lo que era ser guapa. Seguro que lo has escuchado: ser guapa es cuestión de actitud.

Todas las flores son bonitas, pero habrá una que a ti te llame más la atención y lo más probable es que otra persona se decante por otra, y otra persona se decantará por otra diferente. Entonces, si depende de la persona que las observe, una flor será más bonita que otra ¿cuál es la flor más bonita?

Tú también eres una flor, pero si crees que no eres guapa, serás una flor marchita que pase desapercibida, porque no te atreves a brillar.

Cuando nos sentimos a gusto con nuestro cuerpo y nuestra forma de ser atraemos sin hacer nada. Esa es la actitud que hace que las personas quieran estar a nuestro lado.

Cuando yo me rechazaba, vivía malhumorada y me enfadaba con todo. Se puede decir que era camaleónica, porque intentaba adaptarme y ser lo que yo creía que la otra persona querría, pero nunca me atrevía a ser yo por temor a que me rechazaran. Pero, la única que se estaba rechazando era yo misma.

Cuando empecé a aceptarme y a quererme, mantuve a mi lado a las personas que me hacían bien y la relación con ellas incluso mejoró.

Por otro lado, dejé ir a las que me hacían daño y, entonces, comenzaron a llegar a mi vida muchas otras personas buenas y sí, comencé una relación, pero esta vez una bonita, sana, feliz y correspondida, mucho mejor de lo que nunca imaginé.

Ser guapa no es usar una talla 36. Las personas te rechazan porque tú te rechazas. Al rechazarte, tu mente genera todas esas inseguridades que hacen que te quedes con lo peorcito, porque crees que no mereces nada mejor. Pero cuando te aceptas, te respetas y te eliges, te comes el mundo y llamas la atención allí a donde vayas. Porque eres una mujer segura, divertida e interesante, con la que todo el mundo quiere estar.

No quieras ser guapa, porque ya lo eres. Todas los somos.

No compitas con las demás, acuérdate de las flores: una margarita y una amapola son diferentes, pero las dos son preciosas.

Aprende a aceptarte y a quererte y verás cómo la vida comienza a sorprenderte.

Se me ocurrió escribir este post tras ver la película “I feel pretty” o traducida en español “¡Qué guapa soy! Si sentís curiosidad os animo a que la veáis, pues muestra como una chica es capaz de sentirse bien y lograr aquello que se propone cuando su actitud cambia.

Deja un comentario